lunes, 10 de octubre de 2016

Creación V


Cada vez que leo las escrituras aprendo algo nuevo, y eso me pasa a menudo leyendo la sección 89 de Doctrina y Convenios. Si bien la mayor parte nos enseña cómo cuidar nuestro cuerpo y las bendiciones que tendremos por ello, no es lo único que dice.

Me gusta mucho el versículo que dice: “Se ha dispuesto todo grano para el uso del hombre y de las bestias, como sostén de vida; no solamente para el hombre, sino para las bestias del campo, las aves del cielo y todo animal silvestre que corre o se arrastra sobre la tierra.” *1

En este versículo nos advierte sobre el propósito de la creación. Se nos enseña que lo que hay en la tierra no es para que el Hombre use y abuse de ello, sino que es para el beneficio de todos los que vivimos sobre la tierra. Si fuésemos prudentes en su uso, no sólo no habría hambre en el mundo entre los seres humanos, sino que la tierra proveería lo necesario para cada criatura que la habita.

Como todas las obras de Dios, la naturaleza es perfecta y está hecha para funcionar en perfecto equilibrio. Cada animal es necesario en el lugar en el que fue creado, lo mismo sucede con cada planta, cada zona climática, etc.

Hay una expresión en el versículo que cité: “como sostén de vida”, puedo asociar esta frase al siguiente versículo: “Y complace a Dios haber dado todas estas cosas al hombre; porque para este fin fueron creadas, para usarse con juicio, no en exceso…”*2

Los recursos que Dios nos da son para sostén de vida, no para usarse en exceso. Es cuando nosotros olvidamos y sobrepasamos ese límite, que todo el equilibrio se rompe. Cuando deseamos tener más y más y no vemos límites, comenzamos a consumir lo que fue creado para nosotros y lo que se creó para los demás.

Este exceso se ve sobre todo, en el consumo desmedido de carne. “En el año 2007 se sacrificaron 60.000 millones de mamíferos y aves para satisfacer el mercado cárnico, es decir para consumo humano.”*3

60.000 millones de seres vivos creados por las mismas manos que nos crearon a nosotros fueron asesinados para satisfacer la demanda de carne. ¿Es necesario?

“Como muchos supondrán, un número tan elevado de animales necesita una ingente cantidad de alimento: El 40% de la cosecha mundial anual acaba en los establos de la ganadería intensiva de los países industrializados, es decir, en el primer mundo. Con una ecuación fácil deducimos que para “producir” 1 kilo de carne bovina son necesarios 9 kilos de cereal, en su mayor parte procedentes de los países pobres, puesto que el 60% de cereales, soja y cacahuetes lo importamos de los países en vía de desarrollo.

Otro dato nos revela que para 200 gr. de bistec se utilizan como pienso hasta 2 kilos de cereal. Pero con 2 kilos de cereal se saciarían unos 8 niños. Actualmente 6 millones de niños mueren de hambre al año y 1020 millones de personas pasan hambre, lo que es igual a una sexta parte de la humanidad. Si los países industrializados redujeran tan sólo un 10% el consumo de carne, 100 millones de personas podrían ser alimentadas adicionalmente, por lo que nadie debería morir de hambre.” *4
Asimismo, para producir una libra de pollo se necesitan 1,960 L de agua, mientras que para producir la misma cantidad de carne de vaca se necesitan 7 L *5




Es curioso que nos asombre y apene el hambre en el mundo, pero inmediatamente sirvamos un trozo de carne en nuestra mesa y olvidemos el sufrimiento que causamos con ello. El hambre de la que nos asombramos, la causamos nosotros mismos con nuestras elecciones.



“Si aprovechásemos por lo tanto el alimento de una manera directa, es decir nos alimentásemos de un modo vegetariano, obtendríamos del mismo trozo de tierra de 5 a 10 veces más cantidad de alimento. Esto significa que si la producción de carne se suspende, se puede alimentar a una gran parte de la población mundial. Por eso todos los que no quieren prescindir de comer carne son igualmente culpables de la miseria y de las muertes por inanición en el tercer mundo. Quien come carne, debería asumir esto conscientemente.” *6
Cuando el Señor dice que nos ha dado el alimento para usarse con juicio, implica pensar, razonar y sobre todo elegir bien. ¿En qué pensamos cuando nos sentamos a la mesa? ¿Pensamos realmente en cuánto daño podemos causar con nuestras elecciones? ¿Pensamos en el dolor que se causa a la criatura que nos estamos comiendo? ¿Provocan nuestros hábitos alimenticios el hambre de millones de seres humanos?
Cerrar los ojos y pretender no enterarnos no nos hará mejores personas, recordemos que “Es imposible que el hombre se salve en la ignorancia” *7


NOTAS
*1 D.yC. 89:14                                   
*2 D.yC.59:20
*3 Tomado del blog Vida Universal
(http://www.vida- universal.es/prensa/consumodecarnecontribuyealhambreenelmundo/index.php)
*4 Ídem
*6 Tomado del blog Vida Universal
(http://www.vida- universal.es/prensa/consumodecarnecontribuyealhambreenelmundo/index.php)
*7 D.yC. 131:6

Ver también: Creación I - IV






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