Cada vez que
leo las escrituras aprendo algo nuevo, y eso me pasa a menudo leyendo la
sección 89 de Doctrina y Convenios. Si bien la mayor parte nos enseña cómo
cuidar nuestro cuerpo y las bendiciones que tendremos por ello, no es lo único
que dice.
Me gusta
mucho el versículo que dice: “Se ha dispuesto todo grano para el uso del hombre
y de las bestias, como sostén de vida; no solamente para el hombre, sino para
las bestias del campo, las aves del cielo y todo animal silvestre que corre o
se arrastra sobre la tierra.” *1
En este
versículo nos advierte sobre el propósito de la creación. Se nos enseña que lo
que hay en la tierra no es para que el Hombre use y abuse de ello, sino que es
para el beneficio de todos los que vivimos sobre la tierra. Si fuésemos
prudentes en su uso, no sólo no habría hambre en el mundo entre los seres
humanos, sino que la tierra proveería lo necesario para cada criatura que la
habita.
Como todas
las obras de Dios, la naturaleza es perfecta y está hecha para funcionar en
perfecto equilibrio. Cada animal es necesario en el lugar en el que fue creado,
lo mismo sucede con cada planta, cada zona climática, etc.
Hay una
expresión en el versículo que cité: “como sostén de vida”, puedo asociar esta
frase al siguiente versículo: “Y complace a Dios haber dado todas estas cosas
al hombre; porque para este fin fueron creadas, para usarse con juicio, no en
exceso…”*2
Los recursos
que Dios nos da son para sostén de vida, no para usarse en exceso. Es cuando
nosotros olvidamos y sobrepasamos ese límite, que todo el equilibrio se rompe.
Cuando deseamos tener más y más y no vemos límites, comenzamos a consumir lo
que fue creado para nosotros y lo que se creó para los demás.
Este exceso
se ve sobre todo, en el consumo desmedido de carne. “En el año 2007 se
sacrificaron 60.000 millones de mamíferos y aves para satisfacer el mercado
cárnico, es decir para consumo humano.”*3
60.000
millones de seres vivos creados por las mismas manos que nos crearon a nosotros
fueron asesinados para satisfacer la demanda de carne. ¿Es necesario?
“Como muchos
supondrán, un número tan elevado de animales necesita una ingente cantidad de
alimento: El 40% de la cosecha mundial anual acaba en los establos de la
ganadería intensiva de los países industrializados, es decir, en el primer
mundo. Con una ecuación fácil deducimos que para “producir” 1 kilo de carne
bovina son necesarios 9 kilos de cereal, en su mayor parte procedentes de los
países pobres, puesto que el 60% de cereales, soja y cacahuetes lo importamos
de los países en vía de desarrollo.
Otro dato nos
revela que para 200 gr. de bistec se utilizan como pienso hasta 2 kilos de
cereal. Pero con 2 kilos de cereal se saciarían unos 8 niños. Actualmente 6
millones de niños mueren de hambre al año y 1020 millones de personas pasan
hambre, lo que es igual a una sexta parte de la humanidad. Si los países
industrializados redujeran tan sólo un 10% el consumo de carne, 100 millones de
personas podrían ser alimentadas adicionalmente, por lo que nadie debería morir
de hambre.” *4
Asimismo,
para producir una libra de pollo se necesitan 1,960 L de agua, mientras que
para producir la misma cantidad de carne de vaca se necesitan 7 L *5
Es curioso que nos asombre y apene el hambre en el mundo, pero inmediatamente sirvamos un trozo de carne en nuestra mesa y olvidemos el sufrimiento que causamos con ello. El hambre de la que nos asombramos, la causamos nosotros mismos con nuestras elecciones.
“Si
aprovechásemos por lo tanto el alimento de una manera directa, es decir nos
alimentásemos de un modo vegetariano, obtendríamos del mismo trozo de tierra de
5 a 10 veces más cantidad de alimento. Esto significa que si la producción de
carne se suspende, se puede alimentar a una gran parte de la población mundial.
Por eso todos los que no quieren prescindir de comer carne son igualmente
culpables de la miseria y de las muertes por inanición en el tercer mundo.
Quien come carne, debería asumir esto conscientemente.” *6
Cuando el
Señor dice que nos ha dado el alimento para usarse con juicio, implica pensar,
razonar y sobre todo elegir bien. ¿En qué pensamos cuando nos sentamos a la
mesa? ¿Pensamos realmente en cuánto daño podemos causar con nuestras
elecciones? ¿Pensamos en el dolor que se causa a la criatura que nos estamos
comiendo? ¿Provocan nuestros hábitos alimenticios el hambre de millones de
seres humanos?
Cerrar los
ojos y pretender no enterarnos no nos hará mejores personas, recordemos que “Es
imposible que el hombre se salve en la ignorancia” *7
NOTAS
*1 D.yC. 89:14
*2 D.yC.59:20
*3 Tomado del blog Vida Universal
(http://www.vida-
universal.es/prensa/consumodecarnecontribuyealhambreenelmundo/index.php)
*4 Ídem
*5 Tomado de la página VeoVerde (https://www.veoverde.com/2014/10/sabes-cuanta-agua-se-gasta-para-producir-tus-alimentos-favoritos/)
*6 Tomado del blog Vida Universal
(http://www.vida-
universal.es/prensa/consumodecarnecontribuyealhambreenelmundo/index.php)
*7 D.yC. 131:6
Ver también: Creación I - IV
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